En medio de una era marcada por el cambio climático, la sobrecarga turística y una creciente conciencia ambiental, los ecohoteles han dejado de ser una tendencia para convertirse en una necesidad. La industria hotelera, históricamente asociada al consumo intensivo de recursos, hoy mira hacia modelos sostenibles, responsables y éticamente comprometidos con su entorno. Así nace el concepto de ecohotel: alojamientos pensados no solo para descansar, sino para regenerar.

La noción de turismo responsable ha evolucionado desde el simple ahorro de agua o la recolección de residuos, hacia una visión integral donde el diseño arquitectónico, los materiales, la interacción con la comunidad y el impacto ambiental son elementos clave. En este contexto, Colombia no se ha quedado atrás, y el Oriente Antioqueño emerge como un polo de desarrollo verde en la hotelería del país.

ISAK Hotel Golf Aeropuerto se inscribe con orgullo en esta transformación. Más allá de sus jardines amplios, aire puro y entorno natural, lo que hace de ISAK un verdadero ecohotel es su esencia constructiva: sus habitaciones son estructuras metálicas dobles construidas en panel sándwich,  ecológico reacondicionado, una apuesta directa por la reutilización y el diseño sostenible. En lugar de consumir más tierra o materiales vírgenes, ISAK reaprovecha estructuras industriales para convertirlas en espacios de descanso de alta calidad.

Este enfoque no solo minimiza el impacto ambiental, sino que también inspira una arquitectura de bajo consumo energético, mejor ventilación, control térmico eficiente y reducción del desperdicio de materiales. Cada estructura en ISAK es un acto de coherencia: una habitación que simboliza la posibilidad de transformar lo industrial en algo íntimo, cálido y humano.

Pero ser ecohotel no es solo cuestión de construcción. La experiencia del huésped también es parte fundamental del modelo. El turismo verde exige repensar la relación entre visitante y entorno: caminatas ecológicas, menús sostenibles, interacción con la cultura local, respeto por la fauna, uso racional del agua y la energía. ISAK incorpora estos principios en cada detalle del servicio, sin sacrificar el confort.

El huésped de un ecohotel no busca solo una cama. Busca propósito. Busca armonía. Quiere saber que su estadía no deja huella negativa, sino que aporta valor al territorio que visita. Y esa es la propuesta de ISAK: un lugar donde el descanso se convierte en una experiencia consciente, en una pausa que respeta el planeta.

En este primer artículo queremos sembrar la semilla de una conversación más profunda. ¿Cómo se redefine el lujo cuando hablamos de sostenibilidad? ¿Es posible encontrar comodidad y respeto por el entorno al mismo tiempo? En ISAK creemos que sí. Y esta historia apenas comienza.

En la segunda entrega, hablaremos sobre los contenedores como alternativa arquitectónica ecológica, y cómo ISAK los ha convertido en espacios de bienestar que rompen con la idea tradicional de hotel.

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